No no, ni me he vuelto loco ni has leído mal. He dicho Pompadour. Ni es una infusión ni una pompa dorada. Es el corte de pelo que llevamos viendo en la calle y en las revistas desde hace mucho y ahora viene con ¡más fuerza que nunca!
No no, ni me he vuelto loco ni has leído mal. He dicho Pompadour. Ni es una infusión ni una pompa dorada. Es el corte de pelo que llevamos viendo en la calle y en las revistas desde hace mucho y ahora viene con ¡más fuerza que nunca!
Quienes que me conocéis o me seguis por redes sociales (Facebook o Instagram), sabéis que soy un enfermo de comprar zapatillas. Yo digo, que de vez en cuando se me mete el espíritu masculino de Carrie Bradshaw dentro del cuerpo. ¡Me siento tan bien comprando bambas!
Me siento muy identificado con las personas que cuando se sienten frustradas o deprimidas les entra unas terribles ganas de comprar zapatillas.
Y cuando llega el momento de estrenarlas… Es un orgasmo de ego y subidón de autoestima brutal! ¿Materialista? Un poquito, ja, ja.
Así que hagas lo que hagas… ¡PONTE BAMBAS!