Esta mañana me he levantado más despejado que nunca. He dormido fenomenal. Y al estar tan despierto, he salido de la ducha y… Aggg, ¡qué blanco estoy! ¿Y mi bronceado? ¡No me queda nada! Teniendo en cuenta que desde julio no tomo el sol, porque el mes de agosto he estado trabajando sin parar, mi bronceado ha sido muy escaso. A estas alturas, ya se ha ido el (poco o mucho) bronceado adquirido en verano, y dependiendo de la piel que tengas o te quedas con la piel amarillenta o rosada. Por eso voy a hablaros del tontouring, que no countouring.